La modalidad de bailes de salón en su origen se enseñaba de padres a hijos, eran los bailes de toda la vida, que se practicaban en las reuniones y guateques de forma lúdica, donde las parejas bailaban al son de la música del momento. Fue tal su repercusión social, que pronto se hicieron populares salas específicas para su práctica. En la actualidad, se practica no solo la modalidad social sino también en su variante deportiva, existiendo competiciones nacionales e internacionales reglamentadas que organizan las distintas federaciones oficiales.
Los bailes de salón engloban distintos estilos de música, siendo los más populares el tango, la milonga, el bolero, el chachachá, el pasodoble, el vals, la salsa, la bachata, el swing, el merengue, el foxtrot, el quickstep, el rock-and-roll y el hussle.
Tanto en su versión popular como en la deportiva, los movimientos e interacciones de la pareja se ajustan a patrones establecidos asociados a cada melodía, que caracterizan cada uno de los distintos bailes. Es por ello que su aprendizaje ha pasado en la actualidad a ser impartido en academias de baile.